“La primera nevada no es solo un evento, es un evento mágico.
Te acuestas en un mundo y despiertas en otro completamente distinto,
y si esto no es magia entonces, ¿dónde encontrarla?”
(J.B. Priestley)
La nevada ha cubierto de blanco nuestro paisaje siempre verde. En la Garrotxa la nieve es algo excepcional y como tal lo hemos vivido porque la mejor manera de celebrar las cosas es, simplemente, vivirlas.
Así que eso hemos hecho estos días dando largos paseos bajo la nevada, hundiendo las botas en la nieve virgen con los copos cubriéndonos el cabello mientras paseábamos por los mismos caminos de siempre, aunque fuera como si los recorriéramos por primera vez.
Como si nos hubiéramos despertado en un mundo mágico, la nieve lo ha transformado todo, el paisaje, la luz, los sonidos, nuestra casa y a nosotros mismos. Quizás sea ese el encanto de la nieve: vivir por unos días en un mundo mágico sabiendo que el hechizo desaparecerá con el deshielo.
La nieve empieza a fundirse y toda esta agua alimentará estas tierras. El blanco dará paso al verde de las hojas y así esta primavera la Garrotxa volverá a brotar de nuevo con su verde brillante.
Febrero de 2018
